Los primeros smartphones fueron los BlackBerry

Los primeros teléfonos inteligentes o smartphones fueron las BlackBerry. Ni iPhone ni Android. A comienzos de la década pasada eran el tesoro que tenía entre sus manos todo ejecutivo. Su popularidad fue tal que hasta apareció el síndrome del pulgar: de tanto usar su teclado, los dedos empezaron a sufrir.

Sin embargo, Apple, Samsung, HTC o Sony fueron quitándole el trono. Hoy es más fácil ver a un adolescente con una BB que a un directivo. Con su última creación, el Z10, la marca quiere volver a reinar.

La reinvención del teléfono empieza por el cambio de género. Ya no estamos ante la BlackBerry, sino ante el BlackBerry. El artículo femenino se asocia con el pasado, con las agendas electrónicas. Con el masculino, quieren insistir en que se trata de un smartphone, y uno bueno. La renovación sigue con su teclado. Definitivamente, han jubilado el físico por uno táctil que se despliega en la pantalla.

En cuanto a tecnología no tiene nada que envidiar a ninguno de los grandes. De hecho, supera en muchos aspectos a móviles tan buenos como el iPhone 5. Tiene un moderno procesador, memoria y almacenamiento más que suficientes. Su cámara es equiparable a la de los demás y la pantalla cuenta con resolución en alta definición o HD. Por tamaño, es algo más grande que el móvil de Apple, pero no tan enorme como el Samsung Galaxy S4. Por precio, también es de los grandes. En el mercado libre, sin contar con descuentos de la operadora, se puede conseguir por 669 euros.

Pero a lo que no renuncia el BlackBerry Z10 es a su eterna ambición de ser el móvil del ejecutivo. Buena parte de su anterior dominio lo basó en ser el terminal que mejor se integraba con la red de la oficina. Sus servidores de correo daban una seguridad que no ofrecían los demás móviles. Ahora va más allá: además de sincronizar los contactos, agenda, tareas y documentos del trabajo, cuenta con un sistema que permite tener dos móviles en uno, separando y asegurando las aplicaciones y datos profesionales de los contenidos personales. El empleado del departamento de informática ya no podrá mirarnos mal cuando le digamos que queremos usar el BlackBerry para el trabajo.

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