Las Spice Girls un calculadísimo producto comercial

Esta es la historia de una chica humilde llamada Viva, que vive en un barco anclado en los canales de Londres y que sueña con arrasar en los escenarios. Viva tiene un aire a lo Victoria Beckham, pero cualquier parecido con la realidad es totalmente arbitrario.

El caso es que un día la llaman para participar en la versión local de Operación Triunfo, y allí conoce a Holly, a Minty, a Suzi y a Karen, y de esa unión nace Wannabe, el himno del Girl Power en los felices 90. Y juntas llegan al número uno en cien países, y venden 75 millones de discos, y se convierten en el espejo de todas las adolescentes del mundo.

La historia de las Spice Girls es en realidad mucho más prosaica que lo que nos cuentan en Viva Forever, el musical que anoche empezó su andadura en el Teatro Picadilly del West End. El cuento de hadas lo ha escrito Jennifer Saunders y la productora es la mismísima Judy Craymer, artífice del éxito de Mamma Mia!, acariciando ya la posibilidad de llevar la historia al cine.


Cinco actrices veinteañeras (encabezadas por Hannah John Kamen) dan vida a las chicas picantes en su mejor momento, aunque sobre la marcha la veremos crecer hasta convertirse en mujeres maduras y en madres.

Las Spice Girls fueron en realidad un calculadísimo producto comercial, como ellas mismas admiten. La idea partió de Bob y Chris Herbert, empeñados en concebir un grupo femenino para rivalizar con las bandas de niñatos adolescentes como Take That, East 17 o N'Sync, que tomaron al asalto el planeta del pop en la década de los 90.

«Se buscan: chicas entre 18 y 23 años capaces de cantar y bailar, espabiladas, extrovertidas y ambiciosas...» Ése fue el anuncio que pusieron en los periódicos en 1994. Respondieron 400 y al final quedaron cinco: Victoria, Geri, Emma, Melanie B y Melanie C. El resto pertenece más a la mitología que a la Historia...

«Es cierto que nos pusieron juntas y que éramos muy diferentes», reconoce Geri en declaraciones al Daily Mail. «Pero una vez nos unimos, intentamos ser muy reales. Íbamos juntas a comprar nuestros vestidos en los mercadillos de Camden. Escribíamos nuestras canciones, ideábamos la coreografía. Hoy en día casi ninguna banda hace eso».

«Y aunque es verdad que el Girl Power existe desde Cleopatra, también lo es que supimos ponerlo al día», añade la pelirroja Ginger Spice. «No tuvimos una especial presión para intentar ser más sexys o encajar en un molde de belleza. Fuimos esencialmente nosotras».

«No éramos perfectas, y esa fue también la clave de nuestro éxito», añade Emma Bunton, Baby Spice, 36 años, la más joven entonces y ahora (digamos que el resto ronda la cuarentena y así no entramos en detalles). «Éramos unas jóvenes cambiantes en un mundo cambiante, justo cuando las revistas para adolescentes y los concursos de talentos estaban empezando a despegar. Aspirábamos a ser brillantes y a triunfar por méritos propios. No queríamos simplemente ser famosas por el mero hecho de serlo».

Melanie C, la Sporty Spice, mira también hacia atrás con nostalgia: «Nada ha vuelto a ser como en aquellos tiempos. Tuvimos la suerte de vivir en la última edad de oro de la industria musical, antes de la era digital que lo ha cambiado todo, para bien o para mal. Ahora también hay rihannas y adeles, pero son muy pocas, y cada vez más espaciadas en el tiempo. Entonces, cuando se creía de verdad en un artista o en una banda, había dinero para lanzarla y apoyarla. Ahora estamos en la era del hazlo tú mismo y es más difícil dar el salto a la fama».

Ginger, Baby y Sporty siguen siendo tan amigas y han mantenido viva la llama de las Spice Girls durante la larga década que llevan separadas. A ellas se debe la reunión del grupo en 2007 y la resurrección espectacular -conduciendo los taxis de Londres como si fueran Ben-Hur y Masala en sus cuádrigas- durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos. Tuvieron que sudar lo suyo para convencer tanto a Victoria Beckham (Posh Spice, seria hasta la sepultura) como a Melanie B (Scary Spice, peleada con los paparazzi) de que había llegado el momento de rejuvenecer en los escenarios.

Victoria Beckham, por cierto, ha vuelto a Londres estos días con todo el equipo Beckham y a tiempo para el estreno oficial de Viva Forever, que será el 11 de diciembre, después de las primeras 20 funciones de rodaje. La crítica no se ha pronunciado aún, pero las Spice han hecho piña en torno a Judy Craymer y aseguran que será «un musical festivo y con aire de celebración» al más puro estilo Mamma Mia! y con sus grandes éxitos (y algunos temas menos conocidos) como hilo conductor.

Emma, Geri y Victoria han reconocido que su sueño (frustrado) de jovencitas era precisamente triunfar en el West End. Las tres llegaron a participar en incontables audiciones y nunca pensaron verse precisamente al otro lado de la fama, convertidas en personajes teatrales. A Victoria, eso sí, le siguen apasionando los musicales, hasta el punto de haber visto 18 veces seguidas Mamma Mia!. Así fue como trabó precisamente amistad con la productora Judy Craymer.

«Ella misma me confesó que su sueño de joven era haber interpretado al Gato Blanco en Cats. De no haber triunfado con las Spice Girls, estoy segura de que habría terminado en el West End». Lo cierto es que Victoria, volcada en el triple papel de diseñadora, esposa de futbolista y madre de cuatro hijos, es en el fondo quien más conscientemente se ha apartado de los escenarios. Mel C ha sido María Magdalena en Jesucristo Superstar, pero ninguna de las cinco ha sentido la tentación de hacer de sí misma en Viva Forever.

Hannah John Kamen lleva, pues, la voz cantante en la piel de Viva, una especie de Cenicienta urbana que despierta a la vida el día en que consigue una audición en un concurso televisivo de talentos. En las escaleras de la fama conocerá a Suzi (Lucy Montgomery), Minty (Katty Preston), Holly (Dominique Provost-Chalkley ) y Karen (Tamara Wall). Juntas acabarán cantando Say you'll be there, Who do you think you are, Spice Up Your Life y tantos viejos éxitos del quinteto más triunfal en la historia del pop femenino.

La guionista Jennifer Saunders, que interpretó un papel secundario en la película Spice World y presume de llevarse igual de bien que las cinco, se lanzó de cabeza al proyecto en cuanto supo que Craymer estaba rumiando la idea. Saunders admite que el libreto es una interpretación «muy libre» de la verdadera historia de las Spice Girls, aunque todas ellas le han ido bombeando ideas durante la larga gestación de más de tres años.

«De la misma manera que hicimos con Abba, hemos querido crear una celebración de la banda, de su música y de su época», señala Craymer, a quien no le preocupa lo más mínimo la recepción de la crítica -Mamma Mia! fue fustigado en su estreno y ha superado ya los 42 millones de espectadores en todo el mundo-. «Para mí es muy importante ser fieles al espíritu, al humor y al estilo del grupo. Creo realmente que las Spice Girls nos hicieron un gran favor a las mujeres. ¡Somos más poderosas gracias a ellas!».

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